Karim Benzema se ha convertido en auténtica referencia de su equipo, el Al Ittihad, que está logrando lo imposible, que no es otra cosa que estar por encima del temido Al Hilal. El francés, tal y como ha dicho en MARCA, dice tener cuerda todavía para rato y no se atisba el final de su carrera. Por lo menos, su equipo va a hacer todo lo posible para que se alargue un tiempo más. Poco importa los 37 años que tiene y sí el compromiso con mayúsculas que muestra en el día a día.
Felicidad en los dos sentidos
En el club, del primero al último, empezando por Lurent Blanc, siguiendo por Ramón Planes y el resto del staff, están encantados del compromiso del francés, de asumir el liderazgo y de la manera de entender el mensaje que debe transmitir un líder al resto de compañeros: compromiso.
Su renovación, acaba contrato el próximo 30 de junio, es una cuestión que va más allá de las decisiones deportivas, pero si algo tiene claro el club, es que Benzema se ha convertido en algo más que un jugador. Llegará el momento en el que se sentarán a hablar la propiedad del club y el francés para encontrar un punto de unión o eso al menos esperan todos dentro de un equipo que respira profesionalidad.
Quince años de amistad
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Mientras esto sucede, en el horizonte, siempre está la posibilidad de regresar a lo que él dice que es su casa, el Real Madrid. No es algo inmediato. Está escrito en el horizonte, pero todavía no es el momento esa vuelta. Ya llegará. Todo a su tiempo , pero el matrimonio Florentino Pérez-Karim Benzema, volverá algún día.
Va para dieciséis años en los que uno y otro cruzaron sus caminos. Un viaje en avión hasta Lyon fue definitivo para que entre los dos siempre existiera algo más que una simple relación contractual. El presidente del Real Madrid fue siempre su más fiel defensor y eso Benzema jamás lo va a olvidar, pero mientras llega el momento del regreso, piensa en seguir jugando al fútbol.
